Intencionado
o no -no lo sabemos- se está haciendo uso de una terminología tendenciosa para
designar el espacio físico (un metro, dos metros etc.) que hay que dejar para
prevenir el contagio, pero eso no quiere decir que tengamos que desconectarnos
socialmente, alejarnos de nuestras relaciones, afectivas, familiares y de
relación con el mundo, con el otro.
El concepto
de “distancia social”, desde nuestro punto de vista, se entiende como una clara
invitación al individualismo, en un momento donde estar conectado socialmente,
unido, relacionado, es esencial, pero no solo en momentos de crisis como el que
vivimos actualmente, sino como necesidad permanente en el ser humano, que es un
ser social.
Debemos
permanecer socialmente conectados, independientemente de los centímetros de
distancia que tengamos que guardar. La calidad de las relaciones sociales
afecta a la salud mental y ese es otro virus a combatir. Mantener la
comunicación y ampliarla no solo ayuda a aliviar los efectos del
aislamiento….Ayuda a pensar mejor, sentirse mejor y hacer cosas buenas por
otros y por uno mismo.
Un tejido
social fragmentado no ayuda, dificulta la salida, quizás salgamos de esta
crisis con la compresión de que entre todas las medidas necesarias que hay que
poner en marcha hay una, la reconstrucción de ese tejido.