Es tranquilizador saber que pasó el momento de peligro más
grave, claro que sí. Es agradable poder salir a pasear. Pero cuando nos dicen
–y también nos decimos-, volver a la normalidad, ¿a dónde volvemos? ¿por qué lo
que llaman ‘nueva normalidad’ suena ya tan vieja?
Las crisis, personales o sociales, sacan a la luz lo
que había antes de ellas, aunque no nos hubiésemos dado cuenta o no hubiésemos
querido hacerlo. Nos ponen por delante derrumbes, pero también oportunidades de
cambio.
Volver a la normalidad no es posible porque hay mucho de esa
normalidad que ya no existe –de ahí la crisis- y porque creer en ello
significaría que no hemos aprendido nada.
Los cambios y las normas a los que nos referimos no solo
tienen que ver con esas sutiles mutaciones de lo cotidiano que se reflejan en
guantes, mascarillas, metacrilatos y distancias, pero que en realidad nos
hablan de otras cosas. Ya explicaba una amiga en el blog de Entrevecin@s, que
la normalidad siempre ha de ser cuestionada, porque, “como dicen
las fábulas, lo que es normal para una araña es una trampa para una mosca”.
Hay algo más. Algo que tiene que ver con decidir en qué
condiciones queremos vivir y qué estamos dispuestos a hacer. ¿De verdad vamos a
decidir creer que todo esto fue un paréntesis? ¿Aceptaremos la normalización
como un armazón impuesto por otros o seremos valientes y nos dispondremos a
construir?
Estas semanas- meses hemos mirado cosas que a veces veíamos
sin mirar. Nos hemos hecho preguntas, preguntas fundamentales. Hemos conectado
con nosotros mismos y con otros. Hemos revisado prioridades, decisiones,
armados. Entre miles de dudas e incertidumbres, hemos experimentado ligeras
certezas que no queremos olvidar. Y sí, va a ser muy difícil mantenernos firmes
ante la feroz inercia del “mundo de siempre” y apostar por un futuro distinto
que apenas es una intuición. Pero no intentarlo sería ir en contra de nosotros
mismos. Y uno no está solo, afortunadamente hay gente que se cuestiona cosas y
que aspira a un mundo mejor.
Es hora de revalorizar nuestra intencionalidad, la acción,
la imaginación, la creatividad, la comunicación, los amigos, el mundo que
queremos y la capacidad de transformación que tenemos los seres humanos.
“El ser humano es el ser histórico y con un modo de acción social capaz de transformar al mundo y a su propia naturaleza”
…una propuesta
Con el interés de rescatar aprendizajes y
aportarlos a la construcción de ese futuro querido, se nos ha ocurrido realizar
un nuevo vídeo….Pedro y Virgi te lo cuentan ….