En julio realizamos nuestro taller mensual
del fuego. Nos propusimos dos retos:
1) Confección de moldes
complejos en equipo.
2) Elaboración de una colada de bronce.
El objetivo era meter el cuerpo haciendo
esas dos tareas, con la idea de lograr llevar energía al pensar y también
cargarnos de emociones positivas, algo que seguramente notaremos de manera
especial con la fragua.
Un molde complejo se caracteriza por tener
varias piezas integradas. Nuestro desafío era pensar en equipos de 4 personas cómo
elaborarlos. El interés es ayudarnos a pensar, a intercambiar, a ejercitar la
flexibilidad y a atender a lo que los va pasando en ese juego de puntos de
vista. Hay varias formas de hacer un molde, existen varios puntos de vista, y
todos son válidos, y al mismo tiempo todos son parciales.
Se trata de entrar en una dinámica de
juego, es decir, en una actitud lúdica. Atender a que juguemos todos, ver qué
nos sucede al compartir puntos de vista parecidos o distintos. También es
importante atender a lo que hacemos, a nosotros mismos (por ejemplo, sentir si
perdemos las ganas de jugar o si nos apasionados mucho) y así mismo atender a
los amigos con los que nos estamos relacionando.
Después, cenamos y realizamos la fragua de
bronce. Y después, cargados de esas emociones positivas, hicimos un recorrido
por el Parque y entramos a la Sala, un espacio muy especial, donde tomar
contacto con nuestra interioridad, y agradecer y pedir por las personas y los
proyectos más queridos...